Luego de 9 episodios y 42 años, la saga galáctica llega a su fin. El útlimo episodio de Star Wars ya está en los cines, y todas las fichas están puestas en Disney para determinar si logró darle un cierre merecido a la historia, luego de dos controversiales episodios fuertemente criticados por los fans.
La trilogía comenzó con el pie izquierdo con ‘’El Despertar de la Fuerza’’, película mediocre donde su director, JJ Abrams prefirió calcar el episodio 4: ‘’Una Nueva Esperanza’’, en lugar de arriesgarse a ofrecer una nueva historia. Este regreso representó un colosal éxito en taquilla y una recepción mayoritariamente positiva, más debido a la nostalgia y al legado “Star Wars’’ que por mérito propio de la cinta.
El episodio siguiente fue por lejos más problemático. Bajo la dirección de Rian Johnson, ‘’Los Últimos Jedi’’ presentó una película que echaba por la borda los elementos más importantes de la historia de su predecesora, le faltaba el respeto a sus personajes, y causaba que muchos interpretaran ciertas escenas como burlas directas hacia los fans de la saga, al menospreciar o atacar la mitología y la esencia misma de Star Wars.
En este contexto y con un fandom absolutamente dividido, Disney toma la decisión de volver a dejar la saga en manos de JJ Abrams, confiando en repetir la misma fórmula que funcionó en el episodio 7, eligiendo el fan service por sobre la creatividad y la originalidad. ¿Cuál fue el resultado? El mismo que en ‘’El Despertar de la Fuerza’’ pero sin la buena recepción. En su primer día de estreno comenzaron a llover impresiones negativas por parte de la crítica que en su mayoría la consideraban escasa de personalidad y enfocada en satisfacer a toda costa a los fans.
Por este camino, Abrams se enfrentó al cierre de una de las sagas más famosas de la historia del cine, cuyo episodio anterior había dado un giro de 180 en relación a las bases que él había sentado, y frente a una audiencia más exigente donde la carta de la nostalgia ya no surtía efecto.
El Ascenso de Skywalker se siente apresurado desde el minuto uno. Con un ritmo precipitado, el director busca plantear el retorno del villano más grande de la saga (presuntamente fallecido), y justificar una absurdamente específica misión que deben emprender los protagonistas. Si bien Star Wars es una saga que recurre en gran medida a las casualidades, JJ Abrams lleva esto a otro nivel, articulando cada escena y giro argumental en torno a evidentes conveniencias narrativas.
Uno de los principales problemas con El Ascenso de Skywalker, radica en su falta de respeto al canon del universo de Star Wars. El director deja de lado diversos conceptos ya establecidos para tomarse la libertad de crear su historia a pesar de las contradicciones que esto pueda generar. Si bien la cinta otorga respuestas a interrogantes arrastradas de episodios anteriores, no escatima en generar nuevas preguntas, lo que hace que muchos elementos de la historia se sientan injustificados más que por capricho.
En cuanto a los personajes, el panorama es más equilibrado, ya que si bien nos encontramos con personajes nuevos que no aportan mucho, los protagonistas actúan con mayor madurez que en los episodios anteriores y los personajes clásicos reciben un mejor trato (lo cual se valora mucho después de lo ocurrido con Han Solo y Luke Skywalker, en los dos episodios anteriores).
El final de la historia aunque ciertamente predecible, se siente coherente con el resto de la película, y logra encausar una trilogía sin rumbo fijo, hacia un desenlace que conecta elementos de las tres eras de la saga. Dejando a un lado sus errores, la película cumple con entretener al espectador y ofrecerle un espectáculo visual cargado de duelos electrizantes y batallas épicas. El humor se siente más balanceado y si bien hay una notable dosis de fan service, suele darse de forma lo suficientemente sutil y justificada para no sentirse fuera de lugar.
Luego de tres películas, podemos afirmar que un evidente reflejo de la desorganización y exceso de libertad creativa que predominó bajo la dirección de Dinsey, se puede observar en los ataques entre Rian Johnson y JJ Abrams dentro de sus películas. Si en el episodio 8, Johnson aprovechaba para lanzar comentarios a través de los personajes, ridiculizando decisiones tomadas por el director en la historia anterior, Abrams no se queda afuera, utilizando momentos de la cinta para efectuar un que otro comentario increpante, entrando en un juego personal que refleja una falta de responsabilidad y profesionalismo.
Para bien o para mal, la historia de la dinastía Skywalker ha concluido. Un final indigno para la saga, pero un final aceptable para una trilogía más que problemática. A pesar de esto, la guerra de las galaxias se encuentra más viva que nunca. Con el lanzamiento de la espectacular serie The Mandalorian en la plataforma de Disney +, los fanáticos han consensuado que ese es el camino, y esperan quedicha calidad se replique en la próxima serie de Obi Wan Kenobi. De este modo, Disney pareciera haber dado en el clavo, comprendiendo finalmente al público de Star Wars. Por lo tanto, si continúa por ese rumbo, en un horizonte donde dos soles se asoman, podría darse el amanecer de una nueva esperanza para la saga galáctica más grande de la historia.
Por Matías Durand para Pibxs